Cenar pronto reduce el riesgo de cáncer de mama y próstata

Cenar pronto reduce el riesgo de cáncer de mama y próstata

Fuente: Salud

18 julio, 2018

Cenar a una hora temprana o esperar al menos dos horas para ir a la cama se asocia con un menor riesgo de cáncer de mama y de próstata, según un estudio del ISGlobal, que se publica en ‘International Journal of Cancer’.

Los resultado del estudio subrayan la importancia de tener en cuenta el ritmo circadiano en los estudios sobre dieta y cáncer.

Las personas que cenan antes de las 9 de la noche o esperan al menos dos horas antes de acostarse tienen cerca de un 20 por ciento menos de riesgo de estos tipos de cáncer que las que hacen la comida nocturna después de las 10 p.m. o las que se acuestan inmediatamente después de cenar, respectivamente.

Estas son las principales conclusiones de una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación Bancaria La Caixa, que ha analizado la relación de los horarios de las comidas y del sueño con el riesgo de cáncer.

La hora de la comida importa

Hasta ahora, los estudios sobre alimentación y cáncer se habían concentrado en los patrones de la dieta, analizando el tipo de alimentos consumidos o la cantidad de alimentos y obesidad. Sin embargo no se había prestado atención a factores como las horas de ingesta y las actividades que se llevan a cabo antes y después. La evidencia reciente en estudios experimentales indica que el momento de comer es importante y muestra que hacerlo en horas tardías afecta a la salud.

Si los resultados se confirman los consejos sobre hábitos de vida saludable contra el cáncer  podrían incluir los horarios de las comidas

El objetivo del estudio, publicado en la revista International Journal of Cancer, fue evaluar si los horarios de comidas y de sueño pueden estar relacionados con el riesgo de padecer cánceres de mama y de próstata -dos de los tumores más comunes a nivel mundial y que más se relacionan con el trabajo nocturno y la disrupción circadiana-. Para ello, se tuvieron en cuenta los hábitos de vida y el cronotipo de cada persona, un atributo individual relacionado con la preferencia por las actividades diurnas o nocturnas.

En el marco del proyecto MCC-Spain, cofinanciado por el Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp), se evaluaron datos de 621 casos de cáncer de próstata y 1.205 de mama y de 872 hombres y 1.321 mujeres seleccionados al azar en centros de salud de atención primaria de toda España. El análisis se realizó a partir de los datos recogidos en entrevistas sobre los horarios de comida, sueño y cronotipo y un cuestionario sobre hábitos de alimentación y cumplimiento de las recomendaciones de prevención de cáncer

Prestar atención al ritmo circadiano

“Nuestro estudio concluye que seguir patrones diurnos de alimentación se asocia con menos riesgo de cáncer”, ha explicado Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y primer autor de la publicación. Para Kogevinas, estos resultados “subrayan la importancia de tener en cuenta el ritmo circadiano en los estudios sobre dieta y cáncer”.

Los estudios apuntan a que el horario de las ingestas tiene implicaciones en el metabolismo de los alimentos y en la salud

Además, apunta el investigador, en el caso de confirmarse estos resultados, “tendrán implicaciones en las recomendaciones sobre la prevención del cáncer, que actualmente no tienen en cuenta los horarios de las comidas. Esto tendría especial repercusión en culturas como las del sur de Europa, donde la cena es tardía”, añade.

Dora Romaguera, investigadora de ISGlobal y última autora del trabajo, considera que “es necesario realizar más estudios para conocer el porqué de estos resultados, pero todo apunta que la hora de ir a dormir afecta a nuestra capacidad de metabolizar la comida”.

La evidencia científica actual en animales muestra que el horario de las ingestas de alimentos tiene “implicaciones profundas en el metabolismo de los alimentos y en la salud”, ha dicho Romaguera